Estoy a punto de contarte una historia verdadera. Si me crees serás muy bien recompensada. Si no me crees… haré que valga la pena tu tiempo para que cambies de parecer. Permíteme explicarte.
Mi esposo y yo nos casamos en el año 2011.
Él ya tenía una hija de 3 años de un matrimonio anterior. Yo era soltera sin hijos.
En el 2012 quedé embarazada. Cuando me enteré de la noticia, los dos estábamos muy felices.
Pero lamentablemente a las 8 semanas tuve un aborto espontáneo.
A partir de entonces volver a quedar embarazada fue IMPOSIBLE.
Como ya había tenido un aborto espontáneo en el pasado, ya sabía qué cosas tenía que hacer para evitarlo.
Pero nunca imaginé esta vez que quedar embarazada iba a ser tan difícil.
Pensamos que quizás estaba teniendo algún tipo de problema relacionado con la infertilidad.
Cuando empiezas a preguntarte si eres fértil o no, tu cuerpo empieza a entrar en modo de pánico.
Ver mes a mes cómo los tests dan negativo, te hace sentir realmente ABATIDA.
Finalmente me hice los estudios para ver cuál era el problema.
Pero el médico no encontró nada extraño. Los resultados estaban bien.
Lo seguimos intentando por varios meses más. Pero los tests seguían dando negativo.
Estábamos desesperados porque realmente queríamos un bebé.
Debido a la desesperación, visitamos otros médicos.
Pero seguían diciendo lo mismo: que yo estaba bien y no había problema alguno.
De todos modos, yo sabía que el principal problema por el cual no podía quedar embarazada era debido al aborto que tuve.
De alguna forma estaba influyendo de manera negativa en mis sueños de ser mamá.
Debido a todo esto, dejamos de intentarlo por un tiempo. Empezó a ser realmente agotador buscar un bebé.
Como no podía tener un bebé, intenté hacer todo lo posible por ser una madre para mi hijastra y criarla como si fuese mi propia hija.
Pero haberme convertido en una madre para ella volvió a encender esa llama dentro de mí de querer tener mi propio bebé.
Siempre se me iban los ojos hacia las tiendas de ropa infantil cuando pasaba cerca.
Y los bebés de mis amigas me parecían tan hermosos, que sentía una emoción ENORME cuando los cargaba en mis brazos.
Realmente deseaba ser mamá de mi propio hijo o hija. Y ese sentimiento se hacía cada vez más fuerte con el tiempo.
Por lo tanto con mi esposo empezamos a intentarlo otra vez, aunque las esperanzas que yo tenía eran casi nulas.
Empecé a usar medicina natural, como algunas hierbas o tés.
Pero nada pasaba. Todo seguía igual.
Después de 2 años intentándolo, estaba lista para renunciar y admitir que era imposible para mí quedar embarazada.
No teníamos el dinero suficiente para pagar un tratamiento para la fertilidad.
Y me rehusé a usar el dinero que estábamos ahorrando para los futuros estudios de mi hijastra.
Jamás pondría mi felicidad por sobre el futuro de ella.
Me dije a mí misma que iba a intentar una vez más.
Y si nada sucedía, estaba lista para aceptar que jamás sería mamá.
Antes de intentarlo otra vez, busqué en internet algunos consejos naturales para lograr concebir.
Y en mi búsqueda me encontré con un libro con secretos de la medicina natural alternativa para quedar embarazada.
Parecía de gran ayuda y muchas personas estaban hablando maravillas acerca de él. Así que opté por comprarlo y leerlo.
El libro está especialmente escrito para ayudar a aquellas mujeres que han tenido un aborto espontáneo en el pasado y que a partir de entonces no han logrado quedar embarazadas.
Después de terminar de leer el libro, descubrí nuevas cosas que la medicina tradicional no nos dice.
¿Será para intentar sacarnos el mayor dinero posible?
Teniendo en cuenta cuánto cuesta una In Vitro, mi desconfianza hacia la medicina tradicional se volvió cada vez más fuerte.
Así que empecé a poner en práctica lo que descubrí en el libro.
Empecé a seguir todos los pasos que allí se explican.
En Año Nuevo del 2015, dos meses después de haber comprado el libro y puesto en práctica los consejos que contiene, me hice el último test de embarazo que tenía en casa.
Mis razones para hacerlo en esa época eran:
a) Qué mejor momento que terminar esta «aventura» en Año Nuevo
b) Y me había sentido un poco rara las últimas semanas, lo cual siempre lo atribuí a las comidas o al estrés.
Cuando termino, me quedé sorprendida con el resultado:
NEGATIVO
Estaba casi segura de que esta vez lo había logrado. Pero fue solo una FALSA ALARMA.
Mis únicas esperanzas que tenía se desvanecieron completamente en ese mismo momento.
Mis esperanzas se fueron volando como el viento, en un abrir y cerrar de ojos.
Mi sueño de ser mamá había terminado.
Y con lágrimas en mis ojos, arrojé el test de embarazo al bote de basura y lavé mi cara con agua para disimular mi malestar.
No quería decirle nada a mi esposo sobre lo que había pasado.
El solo hecho de recordar ese momento me hacía sentir FATAL.
Era el primer día del año y a la noche vendrían a cenar unos familiares, así que hice todo lo posible por olvidar lo sucedido.
El 4 de enero seguía con malestares. A veces náuseas y vómitos.
«Lu, no estarás embarazada?«, me dice mi esposo con un aire de esperanza en su rostro.
Al verle esa esperanza en su cara, casi empiezo a los llantos.
Así que tuve que contarle lo sucedido con el test.
Después de haberle contado, me abrazó y me consoló.
«Pero de todos modos tenemos que ir con un médico para ver cuál es tu problema«, me dice.
A lo cual accedí, ya que realmente no me sentía nada bien.
Esa misma tarde me llevó con el médico y me hicieron un análisis de sangre.
Los exámenes iban a estar listos al día siguiente.
Así que al otro día volví a la clínica. Pero esta vez sola, ya que mi esposo tenía que quedarse en su trabajo unas horas más.
Cuando se acerca el doctor con los análisis, me dice con una sonrisa:
«Felicitaciones Lucía. No estás enferma. Estás embarazada«.
Al escuchar las últimas dos palabras, una ola de sentimientos invadieron mi cuerpo.
De pronto todos mis sentidos se habían apagado.
Estaba en shock, eso seguro.
Pero a la vez estaba feliz, confundida y sobretodo sorprendida.
Estaba sin palabras.
El médico se dio cuenta de mi estado de shock así que me dijo que tomara asiento.
Cuando reaccioné, no podía creer lo que estaba pasando.
Mi sueño de ser mamá se estaba cumpliendo.
Parecía algo imposible.
Y sin embargo, allí estaba yo, sentada delante del doctor, tratando de volver en sí después de la hermosa noticia.
Rápidamente empecé a imaginarme a mi bebé conmigo, todo el tiempo en mis brazos.
Y mientras soñaba despierta, algunas lágrimas se escaparon de mis ojos.
Le conté al médico que unos días antes me había hecho un test y me dio negativo.
Le pregunté si estaba seguro de los resultados. Porque si después me enteraba que los resultados estaban equivocados, iba a ser un gran golpe para mí.
Se me iba a derribar el mundo.
Me dijo que los análisis de sangre son 100% seguros, que quizás el test de embarazo estaba vencido y por esa razón dio negativo.
Y cuando me dijo eso, pensé que quizás fue eso lo que sucedió.
El test de embarazo lo tenía hace más de tres años. Y yo nunca miré la fecha de vencimiento.
Una vez que llegué a casa y le di la noticia a mi esposo, todo fue un diluvio de lágrimas de felicidad y alegría por la aventura que se nos venía encima.
Mi bebita nació el 6 de Agosto de 2015.
Y la llamamos de la única forma que se podría llamar a una bebé que fue buscada por tanto tiempo: Milagros.
Después de haberlo intentado por más de 2 largos años, sé que no podría haberlo logrado sin la ayuda del libro que te mencioné.
Si no hubiese hecho lo que el libro me aconsejaba, jamás hubiese podido sostener en mis brazos a mi hermosa bebita.
Ahora mi familia está completa.
Y es la mejor experiencia del mundo.
Es imposible explicarlo, solo cuando una es madre sabe lo que se siente.
Yo pensaba que sabía lo que era estar enamorada.
Pero cuando tuve a mi nenita, lo descubrí…
Ella es todo. Los primeros días no dormía. Me la pasaba día y noche mirándola.
Ser madre para mí es levantarme cada mañana con las mejores de las sonrisas. Que mis días oscuros se transformen en el mejor día de mi vida solo con un «mamá te quiero«.
Ser mamá es aprender de una personita tan pequeña lecciones de vida que me erizan la piel cuando con su corta edad es capaz de decir siempre «Gracias. Buenos días. Hasta luego. Mamá«.
Y siempre con esa sonrisa.
Eso es enseñarle al mundo lo que es vivir y cómo unas simples palabras pueden cambiarlo todo.
Así que para mí ser madre es sin duda la mejor experiencia que me concedió la vida. La más difícil pero la que sin pestañear no cambiaría ni tan sólo un segundo.
Gracias hija por enseñarme tantas cosas. Por enseñarme lo que significa la palabra Amar.
Y si estás leyendo esto porque eres una de las tantas mujeres que aún no ha podido quedar embarazada, quiero que sepas que siempre hay esperanzas.
Incluso cuando todo parece imposible.
Si es esto lo que realmente quieres, no tengas miedo de pelear por ello.
Está bien perder. Llorar. Sentirse furiosa. Y sentir todo lo que sentimos cuando estamos en este viaje.
Pero debemos continuar levantándonos ante las caídas, sacarnos el polvo de encima e intentarlo otra vez.
Si no lo hacemos nosotras mismas, nadie lo hará por nosotras.
No puedo decir que esta aventura fue fácil.
Pero no me arrepiento de nada. Mi niña es la luz de mi vida y ha sido una gran alegría para toda la familia.
Si te interesa saber cuál es el libro que me ayudó a traer al mundo a mi bebita, haz clic aquí.
Te deseo lo mejor para ti y espero que tú también puedas contar algún día una historia similar a la mía.
Exitos,
Lucía